miércoles, julio 21, 2010

Pasajeros

Todo el mundo es bienvenido a bordo de YULUKA.

Es muy frecuente que, tras sólo unos minutos, se despierte en muchos que no han navegado nunca, la afición por la vela.

Los hay que quieren emociones fuertes con una buena escora... y hacen las delicias del patrón.
Los hay que pararían cada 10 minutos para bañarse... y permiten al patrón a practicar la maniobra de MOB.
Los hay que prefieren ir a avistar cetáceos... y pasan horas y horas divisando el horizonte.
Los hay que sólo buscan un lugar estable para tomar el sol... y ayudan a que se mantengan rumbos fijos.
Los hay que se embarcan a meditar y encontrarse consigo mismos... e implantan el toque de silencio a bordo, sólo roto por la brisa y el choque de las olas contra el casco.
Los hay interesados en la técnica y no paran de hacer preguntas de por qué las cosas funcionan de una forma y no de otra... y hacemos ensayos de prueba-error.

Y, si nos gusta navegar, ¿qué nos importa practicar una modalidad u otra?

Y, si esto es "navegación de recreo", ¿por qué no recrearse en lo que hacemos?